GALISTEO

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GALISTEO. IGLESIA PARROQUIAL

MURALLAS DE GALISTEO

HISTORIA DE GALISTEO

SEÑORÍO DE GALISTEO

lunes, 17 de marzo de 2008

LAS MURALLAS

LAS MURALLAS.

Las murallas de Galisteo, que pueden afirmarse que son árabes, y aunque no se pueda precisar la fecha o época en que fueron construidas, se supone que sería por los siglos IX o X, aunque hay quien opina que a últimos del siglo VIII ya habían comenzado las obras. Lo que sí afirma la creencia de que son árabes, es la forma típica e inconfundible de sus almenas.
Estas murallas han sufrido, como no, los embates del tiempo, de los siglos, y un poco también de la desidia de los habitantes del pueblo, que no llegaron a efectuar destrozos para aprovecharse de sus materiales, pues esto era imposible, ya que toda ella está construida con guijarros y otras piedras lisas de gran tamaño en su mayoría, con mortero de cal, y no tenían la aplicación práctica de las piedras de sillería del Palacio. Pero si han sido muchas las casas que se han construido adosadas a ella y cada una ha aportado su pequeña o gran parte en el deterioro de la misma, aprovechando su grosor de cerca de dos metros para construir pequeños armarios empotrados, puertas, rozas para vigas, etc. Se cuenta que hace bastantes años, pero dentro ya del siglo XX, y motivado tal vez por lo que antes se dice, se derrumbó parte de la cara externa de un trozo de la muralla, próxima al sitio denominado "Rehuto", ocasionando víctimas entre los moradores de las pequeñas viviendas a ella adosadas. Luego, el desprendimiento fortuito de alguna piedra o por juegos de chiquillos, daba origen que de vez en cuando se formasen agujeros, que luego irían agrandándose hasta formar oquedades de regular tamaño, que fueron reparadas en diversas ocasiones con tan poca habilidad, que constituían pegotes denigrantes. Un buen trozo de muralla, en la parte sur, se derrumbó hace bastantes años y las reconstrucciones que se están llevando a efecto, tanto de éste como de otros deterioros de la misma, se hace con gran pericia y maestría, armonizando perfectamente con el conjunto de la muralla, esperándose que con el tiempo, tanto los pequeños deterioros como las almenas desaparecidas, sean reparados y reproducidas con el acierto de los últimamente citado, lo que daría una gran vistosidad al pueblo, pues a pesar de todo, su muralla es de las mejores conservadas de Extremadura.
En esta muralla existen tres puertas: Santa María, del Rey y de la Villa, todas ellas de gran amplitud y cada una con sus peculiaridades propias.
La de Santa María, situada frente a la Iglesia, situada frente a la Iglesia, está orientada hacia el norte, por donde entra encajonado y furioso el viento helado de los días de invierno. Es de sillería, como las demás puertas, y ofrece la particularidad de que, adosada, por la parte interior, hay una doble escalera en ángulo, de cuyo vértice arranca otra escalera que da acceso al campanario, edificado un poco a la izquierda sobre la muralla, donde, como en la Picota, anidaban cada año cigüeñas y otras aves, especialmente cernícalos.

Saliendo por esta puerta y continuando hacia la izquierda hasta llegar a la esquina que forma la muralla para dirigiéndose igualmente a la izquierda continuar hasta el Palacio, se conserva el "Rollo" o "Piricutín", como es generalmente conocido; que es una piedra cilíndrica de poco más o menos un metro de altura, por unos treinta centímetros de diámetro embutido en una base cuadrangular de piedra berroqueña, formando dos escalones, y unido al de la base existente, mirando al N.E., un monolítico sillón, desde el cual se publicaban las sentencias a los reos de los delitos a la vez que se ejecutaban u ordenaban ejecutar cuando la pena era de muerte.

La puerta del Rey, abierta en un amplio y bien conservado lienzo de muralla, muestra un deteriorado escudo de los Manriques de Lara en su parte externa y superior. En el interior, a la izquierda, y partiendo de la misma puerta, adosada igualmente a la muralla, existe una escalera con los peldaños de cantería, que se conserva perfectamente. Esta puerta fue siempre la principal de la Villa, en lo que a comunicaciones se refiere, y de ella partió la primera carretera que se construyó para ir a Plasencia.

Por esta puerta entraron Reyes, Príncipes, Infantes y personalidades de la alta nobleza en sus visitas a los duques de Galisteo.

Y finalmente, la de la Villa, llamada antiguamente "del Río", y de "las Angustias".

Desde el punto de vista estratégico, está tan perfectamente realizada, que en los tiempos en que se construyó debía resultar un poco más que inexpugnable. Está situada en ángulo, protegida perfectamente por la configuración de la muralla, desde la que sin dificultad podría batir la entrada por diversos puntos.

Ofrece, además la particularidad de tener la puerta un doble espacio o ranura de arriba abajo para una sobrepuerta o rastrillo utilizada en casos de asalto.

Y en el interior, su correspondiente escalera, de la cual han suprimido varios escalones de la parte inferior, paralelos a la muralla, que estrechaban la calle dificultando o impidiendo el paso de los vehículos.

Por esta puerta se iba normalmente al río, de ahí su nombre.

Antes de salir y a la izquierda, junto a la misma puerta, se construyó por el siglo XVIII, excavada en parte de la misma muralla, una pequeña ermita, que se denominó: de las Angustias, con su torreón para la campana, sobre la muralla, y como remata, ¡Cómo no! existió durante muchísimos años un hermoso nido de cigüeñas, que desapareció, hace no muchos años, y con él una nota curiosa y pintoresca a la vez que estar situado en un lugar de mucho tráfico y, relativamente, a poca altura.

Existe otra puerta, la del Palacio, que antiguamente era para uso exclusivo de los habitantes de dicho Palacio con el resto de la Villa. Ésta es más antigua que la suntuosa mansión erigida por el III duque de Galisteo, D. García Fernández Manrique de Lara, a juzgar por el escudo árabe que luce sobre el arco escarzano de la puerta. De ésta a la muralla, por esta parte, queda un espacio de más de setenta metros. Y la muralla tiene enfrente de la puerta antes citada, un espacio derruido de unos cien metros, aproximadamente. Hace unos treinta o cuarenta años, fue cerrado este espacio con una pared de tapia, de unos tres metros de altura, pero como impedía la salida al mirador por aquella parte, hicieron un roto, primero del tamaño de una puerta corriente, y después otro agujero de regulares dimensiones, que son igualmente utilizados para entrar y salir al mirador.

Es probable que con el tiempo sea reconstruido (así lo desean la inmensa mayoría de los habitantes del pueblo) el trozo de muralla derruida, abriendo o dejando una puerta que armonice con las tres existentes. Antiguamente hubo, como antes se dice, en ese sitio, una puerta, denominada "postigo" o "portillo", por la cual se salía al sitio llamado "Cubo" o "Rehuto".

El "mirador" o "miradores", como se les denomina, es el espacio exterior comprendido entre la muralla y los declives, en algunos sitios muy pronunciados, del montículo donde está ubicado el pueblo de Galisteo. Tiene un ancho aproximado de tres a cuatro metros y da totalmente la vuelta al recinto amurallado, sirviendo de paseo público desde el que se disfruta de unas variadas y bellísimas vistas panorámicas, tanto de cerca, por sus hermosos ríos Jerte y Alagón, que se unen a poco más de un kilómetro del pueblo, con el verdor de sus extensas plantaciones de tabaco, maíz, algodón, etc., como en la lejanía: sierras de Gredos, Cabezabellosa, Peña de Francia, Gata, Portugal, Mirabel, etc., etc.

Estos miradores, hasta el año 1983 y 84, estaban en algunos sitios más que impracticables, sobre todo en la parte derecha de la puerta de la Villa, en el sitio denominado: " esquina de Tía Botija" (apodo de una señora que vivía en la última casa del ángulo que hace allí la muralla y que ha inmortalizado este lugar), donde quedaba menos de un metro para pasar y en muy malas condiciones, con riesgo evidente de caer por la pendiente. Bajo el mandato del Alcalde actual, D. Samuel Herrero, además de otras obras de gran importancia local, se ha reconstruido, con gran perfección, parte de las murallas, y con referencia a los miradores, se está llevando a cabo una verdadera obra de arte: muros de contención de desprendimientos de tierra, ampliación de la anchura de los miradores y pavimentado de los mismos, hasta el extremo de que el citado como ejemplo de mal estado, hoy tiene en esa esquina una anchura de más de cinco metros, con muro y almenas muy acordes con el fondo de la muralla y perfectamente pavimentado, pudiendo los coches ya circular por la totalidad de los expresados miradores.

Todas las entradas antes reseñadas antes reseñadas, debieron tener sus correspondientes puertas, que con el paso de los siglos irían desapareciendo, y así estarían por el año 1873 en el que se acuerda por el Ayuntamiento de la localidad la construcción de nuevas puertas paras las de la Villa y del Rey, decidiendo tapiar la de Santa María a fin de impedir la entrada a los carlistas. El presupuesto de estas obras fue de 945 pesetas, incluido herrajes, mano de obra, albañilería, etc. Éstas desaparecieron entre la primera y la segunda década del siglo actual, XX.

Dentro del pueblo y próximo a lo que fue ermita de San Antonio, existe otro acceso a la muralla por medio de una escalera de cantería adosada a ella, que se encuentra en buen estado y es utilizada actualmente.

El perímetro total del recinto amurallado, es de 1.200 metros.



Extraído del libro "Galisteo Milenario (ayer y hoy)". Autor: Ignacio Sánchez Redondo. Salamanca 1988 Página 76.

1 comentario:

Durmius dijo...
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